» Trombosis Venosa Profunda y Embolia Pulmonar
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La Trombosis Venosa Profunda es un serio trastorno que puede ocasionar graves complicaciones, como por ejemplo la Embolia Pulmonar, que puede ser fatal y provocar la muerte.
Los resultados de estadísticas muestran que en los Estados Unidos, la Embolia Pulmonar (la más grave y principal complicación de la Trombosis Venosa Profunda) causa la muerte de 300.000 personas por año (más que el cáncer y el SIDA juntos). Por esta razón, es importantísimo estar informado sobre la Trombosis Venosa Profunda, saber cómo prevenirla, teniendo también en cuenta que su detección temprana y correcto tratamiento, reducen los riesgos de complicaciones.
Se denominan con este término a las trombosis (obstrucción por coagulación de la sangre con formación de trombos) de las venas profundas de los miembros inferiores. Se presentan, espontáneamente, acompañando enfermedades crónicas, en postoperatorios, en reposos prolongados, luego de traumatismos, uso de inmovilizaciones prolongadas, etc. Se observa aumento de tamaño del miembro, dolor y pesadez que generalmente no cede al comienzo con el reposo. También pueden presentarse con otros síntomas. Si el coágulo formado no es tratado, puede migrar hacia el corazón, tapando una arteria y produciendo la muerte, cuadro que se conoce con el nombre de "Embolia Pulmonar". Por este motivo es que se deberá realizar la consulta urgente ante los síntomas para iniciar el tratamiento adecuado, previniendo las temibles complicaciones como el embolismo pulmonar, y posteriormente las secuelas en los miembros.
La Trombosis Venosa Profunda (trombo: coágulo + osis: proceso patológico) es un tipo de evento tromboembolítico venoso grave, una afección que puede ser fatal. La trombosis venosa profunda se produce cuando se forma un coágulo de sangre en las venas profundas del cuerpo, usualmente en las venas de los miembros inferiores, impidiendo total o parcialmente la circulación de la sangre. Los coágulos de sangre o trombos, pueden formarse cuando la sangre se espesa y se agrega formando grupos que son los coágulos de sangre. La mayoría de los coágulos se forman en venas profundas de la pierna, el muslo y la pelvis, pero esto no quiere decir que no pueden formarse en venas profundas de otras regiones del cuerpo. Los pacientes no siempre se dan cuenta o son conscientes que un coágulo se ha formado. La trombosis venosa profunda no tratada puede ser peligrosa, producir una embolia pulmonar y hasta la muerte si no es diagnosticada tempranamente y tratada correctamente. Si estos coágulos o trombos o una parte de ellos se desprende de las paredes interiores de las venas donde yacían inmóviles y comienzan así a viajar o migrar por el torrente sanguíneo dentro de las venas, a este coágulo o parte del mismo se lo denomina "émbolo". El coágulo en movimiento (émbolo) puede migrar desde las piernas hacia el pulmón; cuando este coágulo se impacta en el pulmón, se produce un grave complicación de la Trombosis Venosa Profunda llamada Embolia Pulmonar, o Tromboembolismo Pulmonar. El coágulo bloquea la circulación sanguínea dentro de la arteria pulmonar o una de sus ramas, dañando el pulmón e impidiendo o dificultando la respiración. La Embolia Pulmonar puede tener consecuencias fatales y si es masiva puede producirse la muerte. Los coágulos de sangre en el muslo tienen mayor tendencia a desprenderse y causar una embolia pulmonar que los coágulos en las piernas (por debajo del muslo) y otras partes del cuerpo.
En el año 1859, el patólogo alemán Rudolf Virchow delineó una tríada de los que él creía eran los 3 principales factores causantes del Tromboembolismo Venoso:
En la Trombosis Venosa Profunda, los coágulos pueden formarse por varias causas:
Aproximadamente la mitad de las personas con Trombosis Venosa Profunda experimentan síntomas. Muchas personas pueden tener Trombosis Venosa Profunda asintomática u oculta (sin síntomas). Los síntomas de la Trombosis Venosa Profunda pueden ser sutiles, mínimos y difíciles de detectar o directamente puede no haber síntomas. Los síntomas ocurren en la pierna afectada por el coágulo formado dentro de una de las venas profundas. Dado que hay muchos otros trastornos que producen síntomas similares a los de la Trombosis Venosa Profunda, como por ejemplo, esquinces musculares, infecciones de la piel, flebitis (inflamación de la vena), etc., la Trombosis Venosa Profunda es difícil de diagnosticar sin practicar exámenes o estudios específicos.
Los síntomas de la Trombosis Venosa Profunda son:
Que hacer si se tienen síntomas: Hable o vea a su médico inmediatamente (urgente)!
Como la Trombosis Venosa Profunda puede ocurrir con poco o sin previo aviso, la mejor acción contra la Trombosis Venosa Profunda es la prevención.
Su médico es la persona indicada para evaluar el riesgo que usted tiene de sufrir una Trombosis Venosa Profunda. Hable con su médico acerca de ello. Aunque hay ciertos factores de riesgo que aumentan las posibilidades en algunas personas de sufrir una Trombosis Venosa Profunda, cualquier persona puede sufrir una Trombosis Venosa Profunda independientemente de estos factores. Esta es una lista incompleta de algunos de estos factores y situaciones. Los factores tienen diferentes grados de importancia. El grado de riesgo de sufrir Trombosis Venosa Profunda estará dado por la cantidad de factores que se poseen o estén presentes en una persona, y por el grado de importancia de cada factor en sí mismo; es su médico el que puede evaluar su riesgo. El orden en esta lista es aleatorio:
Las metas del tratamiento son las de impedir que el coágulo sanguíneo aumente su tamaño, que el coágulo se desprenda y provoque una Embolia Pulmonar y prevenir que la trombosis se repita nuevamente en el futuro. El tratamiento es precedido del diagnóstico de la Trombosis Venosa Profunda, para lo cual pueden necesitarse estudios como el Ecodoppler Venoso, la Venografía y la Resonancia Magnética. A diferencia de la Tromboflebitis Superficial, la Trombosis Venosa Profunda usualmente requiere la hospitalización del paciente.
Usualmente se utilizan drogas de dos tipos: anticoagulantes (estas drogas bajan la capacidad de coagulación de la sangre, evitando que coágulos ya formados se tornen mayores y evitando la formación de nuevos coágulos en la sangre) y trombolíticas (estas drogas disuelven los coágulos sanguíneos y se administran usualmente en casos de mayor gravedad).
Personas que no puedan recibir las drogas anteriormente descriptas, pueden necesitar de cirugía para remover el coágulo o para la implantación de un filtro. El filtro puede ser colocado mediante cirugía dentro de la vena cava del abdomen. Se trata de una malla, red o rejilla que cumple la función de filtrar la sangre, y evitar que un coágulo que se halla desprendido pueda viajar por las venas y llegar hasta los pulmones produciendo una Embolia Pulmonar.
Complementariamente, y para reducir al mínimo posible el dolor y las molestias, el médico puede indicar, según el caso, elevar la pierna afectada siempre que sea posible, aplicación de calor para aliviar el dolor y reducir la hinchazón, usar vendajes de compresión o medias de compresión, evitar períodos largos de inmovilidad, etc. En el caso de las vendas o medias de compresión estas tienen la función de prevenir la hinchazón y edema de la pierna asociada a la Trombosis Venosa Profunda, ayudando a evitar el estancamiento de la sangre y la formación de coágulos.
Algunas de las complicaciones pueden ser la Embolia Pulmonar, el Síndrome Postrombótico y la Insuficiencia Venosa Crónica.
La Embolia Pulmonar es una grave complicación de la Trombosis Venosa Profunda. Parte del coágulo sanguíneo se desprende de la vena y viaja por ellas hasta el pulmón, donde bloquea la arteria pulmonar o una de sus ramas, dañando el pulmón e impidiendo o dificultando la respiración. La Embolia Pulmonar puede tener consecuencias fatales y si es masiva puede producirse la muerte. Algunos de los síntomas de la Embolia Pulmonar pueden ser:
Si se experimentan estos síntomas de la Embolia Pulmonar, se debe pedir asistencia o ayuda médica urgente y ser llevado a un hospital.
El Síndrome Postrombótico es otra de las complicaciones de la Trombosis Venosa Profunda, aparece como resultado del daño provocado a las venas a causa del coágulo sanguíneo que actúa disminuyendo la normal circulación de la sangre en la zona/s afectada/s. El síndrome Postrombótico puede aparecer posteriormente a una Trombosis Venosa Profunda. Usualmente aparece dentro de los 6 meses de haber sufrido la Trombosis Venosa Profunda, pero puede hacerlo hasta 2 años después.
En el Síndrome Postrombótico, el miembro afectado puede volverse crónicamente hinchado y dolorido. El Síndrome Postrombótico, no es fácil de diagnosticar ya que sus síntomas son muy parecidos a los de la Trombosis Venosa Profunda. Sus síntomas pueden ser hinchazón o edema de la zona afectada, descoloración de piel de la zona afectada, dolor en la pierna, formación de várices, úlceras.
Los tratamientos del Síndrome Postrombótico pueden consistir en la toma de aspirina, diuréticos y el uso de vendas de compresión entre otros. El médico evaluará cada caso en particular e indicará el tratamiento adecuado a cada persona.
La Trombosis Venosa Profunda y la Embolia Pulmonar pueden prevenirse conociendo sus síntomas y controlando y disminuyendo los factores de riesgo y consultando con su médico. Como los síntomas de este trastorno aparecen con poco o nada de aviso, es importantísimo estar informado y conocer cuáles son estos síntomas, para poder así detectarlos cuando aparezcan y realizar la consulta con el médico urgente. A su vez también es importantísimo conocer cuáles son los factores de riesgo para poder eliminarlos, controlarlos o disminuirlos activamente previniendo así la Trombosis Venosa Profunda y la Embolia Pulmonar.
Algunas de las principales formas de prevención del la Trombosis Venosa Profunda y la Embolia Pulmonar consisten en:
Como hay personas que pueden llegar a necesitar medicación especial y/o el uso de medias de compresión y otras indicaciones, por ejemplo, antes de realizar un viaje largo, o por su riesgo o condición presente, es que deberá hablar con su médico acerca de su riesgo de padecer una TVP y de las maneras de prevenirla.
La incidencia de la Enfermedad Tromboembolítica Venosa, con sus manifestaciones como Embolia Pulmonar y Trombosis Venosa Profunda, se incrementa de 2 a 4 veces durante el embarazo. El NO tratamiento de la Trombosis Venosa Profunda puede resultar en una Embolia Pulmonar fatal y no fatal. Por estos motivos, cuando se sospecha de ella, es de mayúscula importancia diagnosticar la Enfermedad Tromboembolítica Venosa cuando esta presente e igualmente descartarla cuando no lo está, teniendo en cuenta que uno de los tratamientos que en general se realiza con heparina (HNF; HBPM) tiene riesgos de importancia para la madre (Ej.: trombocitopenia, hemorragia, osteoporosis), para el feto (Ej.: hemorragias en la unión útero-placentaria) y para el neonato (Ej.: hemorragias durante el trabajo de parto).
El cáncer es un factor de riesgo para la trombosis venosa, lo cuál debe ser tenido en cuenta para poder prevenir una trombosis. Se calcula que entre un 1% y 2% de las personas diagnosticadas con cáncer, desarrollan una trombosis al año siguiente. Además de ello, investigaciones sobre el tema estiman que aproximadamente un 10% de los pacientes que han sufrido una trombosis no desencadenada por traumatismos, cirugías, inmovilizaciones, etc., desarrollan cáncer al año siguiente. Esta es la razón por la que se recomienda investigar la posibilidad de un cáncer no descubierto. No todas las personas diagnosticadas con cáncer tienen el mismo riesgo de sufrir una trombosis, el riesgo difiere de acuerdo a varios factores, como por ej. el o los órganos afectados por el cáncer y el estadio evolutivo en que se halle la enfermedad.
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Mediante el tratamiento se puede controlar el avance de la enfermedad de várices.